Tus creencias determinan lo que proyectas por Pilar Ortiz
Tus pensamientos tienen la capacidad de determinar tu nivel de éxito. Sí, como lo lees. No hay nada más poderoso que lo que albergas en tu mente. Cada creencia, cada idea que consientes y cada concepto que ronda en tu cabeza influyen profundamente en la forma cómo conduces tu vida y tomas decisiones.
Bajo esta premisa, me resulta indispensable examinar la forma cómo pensamos sobre las circunstancias y, especialmente, sobre nosotros mismos. ¿Alguna vez has analizado las palabras que usas para referirte a ti mismo? o, ¿el tipo de creencias que giran en torno a tus capacidades?
Si nunca te has detenido a analizar esto, te invito a que hagas una pausa y escuches tus conversaciones internas. Quizás te sorprenda lo bien que te hablas a ti mismo, o quizás no te guste lo que escuches.
Nuestros pensamientos son como la gasolina que nuestra voluntad necesita para actuar. La voz interior que da la orden de seguir, parar o abandonar.
Tus creencias determinan lo que proyectas. Así que reflexiona en lo siguiente: ¿Cómo te hablas a ti mismo? ¿Crees que eres único, valioso y extraordinario?
Tu respuesta refleja lo que otros pueden estar percibiendo de ti, y no porque realmente seas eso, sino porque lo que proyectas viene de adentro, de la imagen de ti mismo que has construido en tu mente.
A través de este texto, quiero hacerte una invitación ¡urgente! Quiero que pares un momento y te repitas una y otra vez lo maravilloso que eres.
Eres capaz. Eres talentoso. Eres único. Eres valioso. Eres un ser dotado de talentos. Eres increíble y creativo.
¿Lo sientes ahora? ¿No hay una vibración diferente? Te aseguro que entre más lo practiques, más lo vas a creer. Te apropiarás de estas verdades y empezarás a fluir hacia un estado de mayor claridad y confianza. Aún estás a tiempo de proyectar una imagen más segura y extraordinaria. Alinea tus creencias con tu proyección.
Espero que esta reflexión te lleve a reconocer y a cultivar lo mejor de ti. El valor que hay en tu interior está a la espera de que lo dejes brillar. ¡Libéralo! ¡Sal de la zona de comodidad!